Menudo inicio de año que llevo: dieciocho días y todavía sin escribir una entrada en el blog (qué vivan los propósitos de año nuevo y su cumplimiento). Iba a usar la excusa de que he estado muy ocupado con exámenes, citas y preocupaciones varias; pero me niego a hacerlo. Sinceramente, si hubiese estado más avispado y hubiese contado todo lo que he vivido en este pequeño tramo del 2011, este blog no sería tan mierdecilla y os habría aportado alguna que otra risa, tal vez alguna lágrima, un par de sonrisas picaronas y una serie de datos muy personales sobre mi persona. Tal vez por ello he preferido guardar silencio y reservarlo para una mejor ocasión.
En todo caso, hoy quiero compartir un vídeo; uno de esos que anima y, con un poco de suerte, hace recapacitar.
Siempre hay razones para creer.
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