Hoy es el cumpleaños de mi mejor amigo. De los dieciocho años de vida que llevamos, quince los hemos pasado juntos. ¡Y qué bien pasados!
De todos mis buenos recuerdos puedo afirmar que, como mínimo, él ha estado presente en un noventa por ciento de ellos (y no sé si me quedo corto). Por supuesto, también ha estado presente en los malos; tal vez alguno hasta lo haya causado, pero ahora miramos juntos hacia atrás y nos reímos.
Recuerdo una vez en la que estando en esa denomina-da "guardería" (porque debían de guardar niños o algo así, nunca lo he entendido) tuvimos un cabreo serio. Bueno, vale, realmente fui yo quien empezó a vacilarle y él terminó por enfadarse; pero el caso es que pasamos el día evitándonos el uno al otro. Finalmente, por la tarde, cuando nos cruzamos en el patio, no dudamos un segundo y rápidamente nos pedimos perdón. Tan fácil, tan sencillo, tan bueno.
Alguno de vosotros lo sabrá (habrá algún otro gañán que no), pero mañana es mi cumple. Los dos amigos cumpliendo de seguido; qué curioso, ¿no? Es casi como si el Universo lo hubiera querido así. Como si el Destino (o lo que sea que rige este mundo) hubiera visto nacer a uno y rápidamente hubiera avisado al otro de que era su turno.
Eso es lo bueno de la vida, que siempre te sorprende. Colega, que nos siga sorprendiendo juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario