viernes, 26 de agosto de 2011

Sonrisas

Por la mañana, en plena hora punta, un hombre trajeado entra en el metro. Ninguno de los ahí presente lo sabe, pero hoy cumple 36 años y está contento; tanto, que le cuenta un chiste a un chiquillo que anda de la mano de su madre. Es malísimo, pero el niño comienza a reír y la madre sonríe al verlo.
Un joven que trabaja como becario en un una empresa financiera ha visto la escena. La sonrisa de la madre le ha recordado a la de su amiga, con quien discutió ayer noche por una tontería que ni siquiera recuerda. La envía un SMS.
La chica estaba en la universidad y, al leer el mensaje, se lo cuenta a su novio, quien en unos minutos tenía un examen sobre anatomía humana, y le da un beso.
El chico, que estaba nervioso, se relaja al recibirlo y la prueba le sale mejor de lo esperado. Al llegar a casa se lo cuenta a su padre, que es médico y ha estado ayudando a su hijo a prepararlo, tal y como a su vez hacía su padre antaño.
Al acordarse de él, llama para comentarle que ya le han comprado el nuevo bastón, puesto que el antiguo estaba ya muy viejo; pero en vez de él, lo coge su madre.
A ella le encanta hablar con sus hijos y nietos, así que sale al balcón y termina hablando veinte minutos con él. Está un poco sorda, por lo que en vez de hablar, grita.
La vecina de arriba, que estaba tendiendo la ropa, oye a su amiga hablar con su hijo y ella se acuerda del suyo que, por cierto, cumple hoy 36 años. Deja en el suelo el cesto de la ropa y coge el teléfono para felicitarle. Según cuenta, su hija le ha regalado un libro de chistes. "No son muy buenos, pero nos están arrancando unas sonrisas", comenta.

miércoles, 24 de agosto de 2011

A mano alzada: Derevie

A veces dibujo algo, que no todo sea escribir. En este caso, la víctima ha sido mi colega @Derevie11 (exacto, el mismo de ¡Felicidades David! ). Por si a alguno no le queda claro, cosa que me parecería absolutamente normal, un servidor es el de la izquierda, mientras que mi amigo es el de la derecha.
Pues eso, pasen y vean.

domingo, 14 de agosto de 2011

This world is a circus

Señores que caminan sobre la cuerda floja, hombres de pies grandes y nariz roja. Domadores que adiestran a sus fieras y fieras domadas para atacar a sus domadores. Malabaristas que lanzan números al aire mientras con una mano trabajan y con la otra barren. Magos que hacen desaparecer dinero, bestias peludas bailarinas, vendedores de caramelos de múltiples colores y chinos que venden licores de sabores.
Hombres bien vestidos que se creen superiores frente al micrófono. Hipopótamos, elefantes, osos y monos.
Payasos de todo tipo: desde el que hace gracia sin darse cuenta hasta el que en vez de risa da pena, desde el que es gracioso por ser tonto hasta el que es tonto por no soltar prenda.
Desfiles de gente gritando sin sentido y animales sin cerebro que siguen a otro por instinto. Hombres que por la noche practican el funambulismo. Tragafuegos que beben y luego vomitan lo ingerido. Titiriteros que en la sombra manejan todos los hilos y hombres-bala que se disparan a sí mismo.
Este mundo es un circo.

Move

¿No os parece curioso cómo una cosa nos mueve a otra? ¿Cómo una conversación sobre cierto tema termina derivando en una completamente diferente o cómo una simple palabra te lleva a crear una idea? Algo así como si todo pudiera estar conectado, unido bajo cuerdas invisibles capaces de unir lo imposible.
Pues una de esas cuerdas es la que ha llevado a mi colega tuitero @aLe177 a recordar este vídeo a partir de mi anterior post, y yo se lo agradezco. Pasen y vean.



PD: Es bonito saber que la gente lee, pero más bonito es ver que la gente participa; así que, como mi compañero tuitero, no dudéis en comentarme cualquier chorrada que se os pase por la cabeza al leer este blog (ya sea vía Twitter o a través de comentarios).
Se agradecen ovaciones y se aceptan abucheos.

sábado, 13 de agosto de 2011

miércoles, 3 de agosto de 2011

Culpables justificados

Sé que no escribo nada últimamente. Ni tuiteo, ni posteo, ni realmente hago algo de interés. Yo se lo achaco al verano y a su calor, y a todo el tiempo libre que me otorga pero que finalmente siempre queda perdido. Se lo achaco a la pereza y al cansancio, que este año ha sido duro y merezco un descanso.
Me defiendo y digo que es por vuestra culpa, amigos, que me entretenéis con vuestras fiestas, vuestras risas y delirios. Le echo la culpa a George Orwell, que me incita a leer; a los Arctic Monkeys, que me invitan a escuchar, y a Party Rock Anthem que me obliga a bailar. Continúo y digo que es por culpa de Neox y sus series, que me hunden a carcajadas en el sofá de mi casa. Me enfado y afirmo que es por culpa de aquella que pretende seguir en el presente cuando forma parte del pasado. Pero, sobre todo, sé que es por ella, que volvió este verano. Por estar ahí, quién sabe si esperando. Por la risa que dibuja al sentarme a su lado. Si no escribo es por ella, pero también por ella es si lo hago.