lunes, 26 de septiembre de 2011

En solo siete días

Hay veces en que de repente todo va bien. Veces en las que te levantas descansado y, al mirarte al espejo,  estás mejor que nunca, aún con legañas y despeinado. Veces en las que un mensaje te propone un plan inesperado y tú, obviamente, lo aceptas encantado. Veces en las que empezar algo nuevo no supone miedo, sino ilusión, ganas y charlas en el metro.
Hay veces en las que no sabes por qué, pero sabes que todo irá perfecto. Hay veces en que cualquier canción es buena, siempre que se amolde a los pasos del trayecto. Veces en que los chipiro- nes, aunque nunca los hayas probado, te arranquen sonrisas e ilusiones. Veces en las que correr para coger el tren no cansa, si es que corres por una buena causa.
Hay veces en que vacilar deja a un lado la timidez y da paso a la amistad. Veces en que conoces a un extraño al que parece que estás unido y le conoces desde hace años. Veces en las que un millón de besos no es nada comparado con sus manos. Veces en las que tus mejores amigos dejan de serlo, y se convierten en hermanos.
Hay veces en las que solo quieres que el tiempo no corra, pues si pudieras revivirías cada maravilloso segundo una vez y otra.
En definitiva, hay veces en las que parece sonreírte la vida, y con solo siete días te das cuenta de lo que tienes, lo que buscas y lo que necesitas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Nueva etapa

Mañana comienzo la universidad. Algunos colegas llevan disfrutando de ella desde el día 5 (incluso hay algún loco que lo hace desde el primer día de septiembre) y lo único que han hecho ha sido meterme miedo.
Una parte me dice que es completamente diferente, que todo es muy serio, que en clase no hay risas y que los trabajos están a la orden del día. La otra parte comenta que es completamente diferente, que tampoco es tan serio, que en clases se echan unas risas y que las fiestas están a la orden del día. Y, claro, con esta información tan desequilibrada, ya me diréis a quién hago caso.
Por eso, haré lo que llevo haciendo toda mi vida: sacar mis propias conclusiones, que para algo me entreno dando vueltas imposibles a cosas banales y sin importancia.
El caso es que mañana, después intentar no accidentar el coche en las clases prácticas, iré a mi nueva universidad, a iniciar una nueva etapa. No iré solo ni de vacío porque, como alguna vez he dicho, todo esto proviene de un largo camino. Uno en el que en ocasiones saltabas entre piedras, mientras que en otras el viento te empujaba a casa paso. Un camino en el que, haciendo autopost, encontré a mis colegas, aprendí de la vida y disfruté de ella. Puede que ahora cada cual haya escogido una dirección diferente pero, en definitiva, todos seguiremos andando juntos, pues los caminos se entrecruzan y al final todos llevan a Roma.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Humildes blogs

Me gustan los blogs, ya que sin duda alguna me parecen un gran método de comunicación. Sí, bueno, es cierto que, a excepción de ciertos gurús de la red, la mayoría no tenemos ni un gran público ni miles de seguidores; pero en el fondo de este océano llamado Internet, nosotros dejamos nuestra pequeña huella. Quién sabe, con suerte por un link perdido por la red visiten nuestro blog y lean un par de líneas.
¿Que a veces es irritante? Por supuesto, pues pienso que la mejor recompensa del trabajo es que éste se valore; por eso, mientras escribo estas líneas, doy las gracias de antemano a los lectores que las estáis leyendo. Si habéis llegado hasta aquí, significa que mi trabajo ha servido para algo, independientemente de que penséis que es una mierda o no, puesto que ambas opciones son aceptables cien por cien.
Entonces, ¿por qué perder el tiempo escribiendo? Al fin y al cabo, solo pasarán por aquí algunos de nuestros amigos, posiblemente algún colega de Twitter, tal vez algún bloguero curioso y, como mucho, un par de internautas perdidos. ¿No sale más rentable leer a esos gurús de la red, dejar algún comentario simpático o grosero (cada cual a su gusto) y esperar sentados a que publiquen un nuevo post? Mi respuesta es, claramente, no.
Comencé a escribir este post como una pequeña crítica humorística hacia nosotros, los "blogueros humildes" (por llamarnos de alguna manera). Si lo pensáis fríamente, somos muchos los que tratamos en nuestro blogs temas como el tiempo, la vida o la muerte, creyéndonos fervientemente todo aquello que escribimos cuando, siendo realistas, no son más que tonterías o, como mucho, pequeñas pinceladas de una lejana realidad.
"Los blogueros creemos ser filósofos" era mi máxima antes de comenzar esta entrada, pero según he ido escribiendo me he dado cuenta de que quizás sea eso lo que nos enriquezca. Que cada cual escriba lo que quiera, que cada uno opine a su manera, que sea libre de exponer sus ideas. Hay que hacerse notar, pues ahora los filósofos escriben blogs.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Conversaciones absurdas (II): Discotecas

Toda el contenido de este post es verídico 100%, fruto de una noche de pura diversión con los colegas. No hay mucho más que añadir; tan solo lean.

- Oye, tú eres famoso, ¿no?
- ¿Yo? Que va.
- Ah. Es que si lo eras te invitaba a una copa.
- Bueno, a lo mejor un poco sí que lo soy...

- Anda, ¿tiene cobertura aquí dentro?
- Sí, y está hablando con el novio, que también tiene de eso.
- Pues ya si eso nos vemos, máquina.

- ¿De dónde eres?
- De Estados Unidos.
- Ah, pues a mi me encantan las armas.

- Me llamo Laura y tengo 24 años.
- Joder, pues justo venía yo desde Valencia buscando a una chica de 24 años que se llamase Laura.

- Pero, ¿de qué parte de Valencia eres?
- Pues... del centro.
- Pero, ¿de qué parte del centro?
- Pues... de ahí. Del centro centro.

- ¿Entonces me das un beso o no?
- Bueno, si quieres te doy uno en la mejilla.
- Ya, pero esque ahí me los da mi abuela y hasta con más cariño.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Diversión

Ayer, mis amigos y yo salimos de fiesta para celebrar el cumpleaños de nuestro gran colega Xekio. Ayer, viernes, solo puede resumirse en una palabra: diversión.
Diversión sana y sincera; pues aunque el alcohol corrió por nuestras venas lo hizo de forma tranquila y lenta. Diversión no apta para menores, pues todos los que estábamos éramos ya unos señores. Diversión sin límites ni fronteras, pues no pusimos inconveniente en bailar con americanas, chinas o inglesas. Diversión sin malos rollos, pues cuando salimos dejamos de ser 'uno' para ser 'todos'. Diversión sin miedo ni vergüenza, pues aspectos negativos no forman parte de la fiesta. Diversión sin discriminación sexual, pues confirmo haber bailado con un americano homosexual. Diversión glamourosa, pues cuentan que el doble de Mario Casas gastó alguna que otra broma. Diversión relativamente barata, pues con chispa y buena labia no es necesario gastar plata. Diversión, en definitiva, pura y verdadera, pues es la única que existe cuando estás con tus colegas.

* Dedicado a Sergio Delgado tras su decimoctavo cumpleaños.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

(Im)posible

Increíble que una canción pueda hacer moverse a la estatua más pesada. Imponente que una caricia sea capaz de encenderte los cinco sentidos. Inquietante que un número te haga recordar su triple en recuerdos. Impresionante que una sonrisa ajena cree felicidad en ti. Inimaginable que una mirada pueda cambiar una vida. Y sin embargo, ocurre.