miércoles, 23 de febrero de 2011

Sueños

Estoy de acuerdo con eso de que hay que perseguir los sueños. Creo que nunca hay que dejarlos escapar, que hay que darlo todo por aquello que queremos, dejarse la piel y el alma por aquello que perseguimos, por aquello que anhelamos y necesitamos. Luchar por nuestros sueños.
Pero, ¿qué ocurre cuando tu sueño no solo depende de ti? Cuando después de tanto tiempo en las sombras saltas de cabeza hacia él y ves que es inalcanzable; cuando te das cuenta de que el más maravilloso de todos los sueños no es más que una ilusión imposible. 
¿Qué ocurre cuando tu sueño tiene nombres y apellidos, pero ya pertenece a otro? ¿Cómo se actúa aquí? ¿Hay que seguir luchando o hay que resignarse una vez más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario